jueves, 26 de diciembre de 2013

Para todo aquel que sea capaz de leer entre líneas.

Vívimos engañados desde hace tanto tiempo, tiempo, somos títeres del Tiempo.
La palabra Tiempo resonó una y otra vez en su cabeza, preguntándose que había hecho.
¿Era todo eso necesario? No podía, no debía y no sabía lo que decía o pensaba.
Volvío a coger su móvil con la escusa de ojear twitter, cayendo en la tentación de ver su última conexión.
No había vuelto, seguía sin conectarse y le ardía el pecho con cada minuto que pasaba. ¿Le habría bloqueado? ¿Se habría dado por vencido en su intento de recuperarla?
Los parpados le pesaban mas no quería dormir, estaba harta de dormir para soñar y de soñar despierta, de vivir soñando. Tenía que despertar, de hacerse idea de lo que era la realidad.
Se repetía una y otra vez: "No puedo quererte, déjame vivir en este sueño, me falta el sueño." Citaba una y otra vez los versos de una distante pero conocida canción, aquella que escuchó una vez cuando pasaba los días cobijada en la pena y la soledad.
¿Llorar? Era algo tan distante de ella, algo que estaba tan lejos.
Lejos, como el olor de su colonia, el olor que solo había dejado dolor en esa historia.
Dolor, que quemaba y abrasaba cada parte de su alma.
Alma, que se fue con calma detrás de él.
 Él, ¿dónde estaba él?
A veces creía que ese mundo no estaba hecho para ella, ¿o era ella la que no pertenecía a aquel lugar?
Su corazón latía en silencio. Silencio, silencio que inundaba cada hueco de la habitación.
Huecos, se imaginó las muchas veces que sus dedos habían rozado sus huecos. Comenzaba a volverse loca.
Se levantó de golpe, sin reparo, corriendo hacia el lavabo, sitió que el agua fría se llevó todos sus males.
¿Cómo habían llegado a eso? ¿Cómo habían pasado de serlo todo a no ser nada? ¿Cómo se apagó esa llama y quién barrió las cenizas para que de allí no resurgiera nada? ¿Quién era el culpable de aquel vacío?
Vacío. Vacío. Vacío. Vacío. Vacío. Vacío. Vacío. Vacío. Vacío. Vacío. Vacío. Vacío. Vacío. Vacío.
¡ESO ERA VIDA SIN VIVIR!
Era el miedo, el miedo que le aprisionaba, miedo a herir, a ser herida. Miedo a aquello y a esto otro.
¿Por qué no me deja vivir este maldito miedo? Se preguntaba. Las hojas caían, la nieve helada, el sol brillaba y las flores nacían pero el miedo no se iba.
Las manecillas del reloj seguían girando sin punto de retorno. 
Tú, yo, tú, yo, tú, yo...¿Dónde quedó el nosotros? ¿Se evaporó como mis ganas de seguir sin ti? 
Contempló su reflejo y sus labios agrietados de tanto morderlos para no gritar. Casi podía verse, el fondo de sus pupilas, las llamas del fuego que la estaban quemando en ese mismo momento.
Era el tiempo. El tiempo el que tenía la culpa.
Mentira, mentira, MENTIRA gritó. Era de ella, la culpa era de aquella estúpida chica, aquella que creyó que no le necesitaría. Aquella que creyó que no le haría falta. Aquella que creyó que la debilidad no estaba hecha para ella, que no llamaría a su puerta. 
Era el sentir, el sentir lo que no estaba hecho para ella. El corazón amurallado y el calor en los puños de tanto apretarlos. 
Bum. bum, bum. Eran los latidos de su corazón que rompían el silencio de la habitación
Nunca más sería otra vez, ella ya lo sabía.
Nunca más le abrazaría, ella bien lo sabía.
Nunca más sus labios sucumbirían a su piel, eso ya lo sentía.
Nunca más le buscaría, con pena lo decía. 
Tenía que ser fuerte, resignarse a ese amor. Como un anochecer cayó la verdad sobre sus labios, que pronunciaron el último verso.
Con papel y pluma escribió sus sentimientos, en un negro azabache, el último te quiero se encargó, el fuego que la mataba, de quemar. 
Y por obra de la vida, una lágrima brotó que tanto tiempo llevaba sin brotar, mas el viento con delicadeza se la llevó a apagar aquella llama otra vez. Y con olor a quemado y sabor a sal, ella pudo pronunciar una vez más. "Quizá no es la última vez." 


                   

"Un reloj sin tiempo."
"Mi boca sin aliento." 
"Mi llanto que ahogó el silencio."



No hay comentarios:

Publicar un comentario