Hambre.
Hambre de tu hambre.
Hambre de tus huecos, de tus besos, de tus pecas y del mapa de tus lunares en la piel.
Hambre de tus ojos, tu saliva, tus heridas, tus cicatrices y tu ser.
Hambre de tu sed, de tus palabras, de tu risa sin reír. De tu silencio, de tu ruido, del respirar de tu nariz.
Hambre de tus caderas, de tus muslos, rebañados en los besos que no te ofrecí.
De tus sombras, de tus rimas, de la vida que dices que te di.
Hambre del reloj, del mando, de los lienzos en blanco, de quimeras, de despedidas y reencuentros de novelas bizantinas. De tu aliento.
Hambre de Romanticismo, hambre de Barroco, de poesía, de mí.
Hambre de lírica, de prosa engañosa, de rosas y de sentir.
Hambre de expectativas, de mentiras, de realidad, de sueños y de rezar a mi ángel y demonio.
Hambre de música, de cuadros, de luces de neón y edificios edificados.
Hambre de vicios, de dolencias, de novatadas y querellas.
De botes llenos de abrazos envasados al vacío.
De calor y de frio, de mañanas de abril y madrugadas de verano.
Hambre de agua, de sol, de estrellas y del son de tu voz.
Notas rasgadas, caricias acompasadas, graves y agudos en un domingo sin fin.
Hambre de fortaleza y debilidad, de inmunidad y fragilidad, de seguridad e incertidumbre.
Hambre de intriga, de cordura y de locura. De calma y tempestad. De guerra y paz.
Hambre de gritos.
Hambre de miedos.
De cielo e infierno.
Hambre de vida, hambre de ti.
No sé hasta que punto mi mente es capaz de perderse cuando la tinta toca el papel. Nunca he tenido las cosas demasiado claras y siempre he sabido que camino tomar. Paradojas. Vida plagada de sin sentidos y un fuerte desvarío mental. Si lees entre mis líneas comprenderás que la forma más fácil de llegarme al corazón es atravesarme el pecho con una daga de plata. Att: Un alma plagada de sueños. "Nulla dies sine linea."
domingo, 25 de mayo de 2014
Famen, faminis.
martes, 13 de mayo de 2014
Amor sincero.
Es especial, porque, realmente, fue el primero. Soy más aficionada a leer poesía que escribirla, lo mío es pura prosa. Pero conforme me voy iniciando en el mundo de los versos también me doy cuenta que, de alguna forma u otra, me llena.
La temática de este poema estaba centrada sólo en ganar un concurso de San Valentín.
Nos os mentiré si os digo que las últimas no me salieron de dentro y solo fue algo autofingido y plasmado al papel. Quería ganar para sentir motivación, es triste. ¡Pero gané!
Y aquí os dejo con: Amor sincero.
sábado, 10 de mayo de 2014
La Chica de los Ojos Tristes.
-¿Qué haces aquí?-dijo su compañero de piso.
-Fumar, ¿no lo ves? Me desvelé.-mostró indiferencia y la cubrió entre humo.
-No mientas, sabes a lo que me refiero, mírame.
La chica se giró haciendo ondear su larga cabellera negra que caía, despeinada, en forma de cascada por la espalda.
-¿Sabes? Me pregunto si algún día dejarás de tener esa mirada perdida, esos ojos tristes...
-Yo no estoy triste.-murmuró la joven, seguidamente se mordió el labio en gesto de frustración.
-No te mientas, mírate.- dijo el chico tendiéndole el móvil para que pudiera reflejarse en la pantalla.
La chica se observó: las ojeras de las noches en vela, la preocupación latente en su tez blanca y sus labios dibujando una mueca de disgusto. Después, sonrió.
-Ves, sonrío, no estoy triste.
-Sonreír no es sinónimo de felicidad, pequeña. Reír no significa que no estés llorando por dentro.
Ella arrojó el cigarro por la ventana a medio terminar. Jodida mezcla de sustancias que la mataban y le calmaban al mismo tiempo.
-¿Ese era el quinto cigarrillo? Siempre lo dejas sin terminar.
La chica asintió.
-¿Le echas de menos, verdad? A él, me refiero. Fue un día 5 cuando despareció de tu vida sin dejar rastro, ¿es eso? Me pregunto cuando te harás a la idea de que no volverá. Nunca. Y no deberías permitir que lo hiciese. Al fin y al cabo, sólo hizo destrozos en tu vida. Los huracanes no traen nada bueno.
-No, no lo entiendes, tú no sabes nada.
-¿Qué no lo entiendo? Siempre dices lo mismo, y entiendo más de lo que crees. Vas de dura y fuerte, y no me jodas, yo también sé aparentar. Pero tú a mí no me engañas, llevo ya demasiado tiempo a tu lado para que puedas intentar colarme ese estúpido cuento. Yo no soy como los demás. He visto como has ido edificando mil murallas a tu alrededor desde que llegó su ausencia. Has ido perdiendo tu brillo, y tu mirada verde está tornando a un gris que me apena. Eres tú la que no entiende nada, ni sabes apreciarte a ti misma ni valorar todo lo que tienes.
La joven comenzó a analizar y a tragar todo lo que el chico había dicho. Había explotado.
-Tío, pírate, deja de hacerte el bueno y a intentar hacerme creer que me conoces mejor que yo misma. Odio que te creas un sabelotodo.
-¿Pero qué diablos dices ahora? Perdona, Señorita tengomiedoaabrirelcorazonvayaquemelohaganpedazos. Estás tan perdida en tu mundo que no haces más que dejarnos , a todos los que hemos querido traerte de vuelta, de lado. Yo te soy sincero.
-Sigues sin entenderlo. Lo único que sé hacer es destruirme a mí misma y no me gustaría llevaros a todos por delante. Como un huracán.
Ella dio media vuelta, se alejó del marco de la ventana y cerró en un estruendoso portazo que provocó un eco con sabor a "adiós."
Ella sí, se había ido, pero sus palabras quedaron flotando en cada esquina de la habitación.
Era 1 de mayo, una noche estrellada sin Luna, porque se había marchado.
Él encendió su primer cigarrillo y cuando iba justo por la mitad, lo arrojó al vacío.
Sabía que nunca podría terminarlo sin echar de menos a aquella chica que hoy se había ido, a la que ahora era La Chica de los Ojos Tristes.
miércoles, 7 de mayo de 2014
Pequeños frascos que recogen grandes verdades.
lunes, 5 de mayo de 2014
Locus amoenus.
Era un paisaje idílico a mis ojos, repleto de contrastes entre vida y muerte, entre amargo y dulce.
Era un continuo florecer y marchitar.
Lleno de magia de confín a confín y con mil cosas que descubrir.
Los pies nunca se quedaban lo suficiente cerca del suelo, pero con los dedos no podías llegar al cielo.
Olía a café, a nuevas oportunidades, olía a verano y a gasolina.
Olía a rosas negras, a vivos claveles y a margaritas esperando ser deshojadas.
Olía a sangre sangrada en papel, en forma de tinta.
El corazón sonaba como si estuvieses masticando cristales, igual que en la canción de Marea, siempre la luna sabiendo a poco y por eso era que tres hacían explotar el firmamento. A cual más radiante.
Mitad día, mitad noche.
Mitad locura, mitad calma.
Mitad verdad, mitad mentira.
Mitad realidad, mitad expectativa.
Las casas estaban pintadas con mil garabatos sin sentidos que sólo eran entendidos por la mano del pintor y y un arcoiris daba brillo a una ciudad apretada en tráfico.
La montaña más alta, del bosque más oscuro, del lago más profundo y del amor más elevado, estaba coronada por un megáfono, construido de cristal, desde el que gritar sin callar. Al mundo, al único mundo.
Un mundo repleto de sueños y versos que mueren en la boca.
Un mundo con mil luces de neón, cubiertas de enredaderas.
Equilibrio desequilibrado.
Érase una vez, un lugar en mi mente.
Beyond.