martes, 21 de abril de 2015

Yo, que no soy de refugiarme en las botellas me acerqué a la barra y pedí una copa de tinta. Pues solo quería ahogar mis penas entre los versos, consecuencia de su recuerdo.

domingo, 19 de abril de 2015

Huída desde tu pecho.

Sé que no me hace falta desahogar mil quinientas margaritas para encontrar la respuesta a mis preguntas. Porque al fin y al cabo todas se esconden entre los ecos de tu voz y quizá los únicos pétalos que deba quitar son las capas de tu ropa.
Escúchame, esto se nos está yendo de las manos, no podemos seguir creyendo vivir en un paraíso cuando hasta el gato callejero que nos vio en el tejado se ha dado cuenta de que somos pura tormenta.
Abril está llegando con aguas mil de sabor salado y yo me cuestiono la sinceridad de este mundo en el que yo creía que tú eras mi única verdad.
Perdóname por dudar de ti, sé que siempre has estado ahí pero hasta mi sombra me ha plantado cara y sé que no hay nadie que, esta vez, la vaya a coser a mis pies.
Quizá todo esto es porque he comenzado a creer en la libertad. La libertad que me permite salir huyendo y dar un portazo que sirva para borrar los signos de interrogación.
Sí, ya sabes mi manía de hacer siempre alusión a Sabina pero no es mi culpa que él sepa darle más sentido a mis líneas.
Te juro que lo he intentando, dejar de llenar tu diario de cosas absurdas que quizá nunca te has parado a leer. Pero, me he dado cuenta de que siempre busco la perfecta frase adversa para decirte que te quiero y que no te des ni cuenta.

#roxcookies

martes, 7 de abril de 2015

Cierra la puerta, hace frío fuera.

Los días han vuelto a ser grises desde que tu huída me produjo este golpe de pecho. Fue como si toda la primavera pareciera arder de repente, como si todas las murallas que habíamos creado, para evadirnos del mundo, se derrumbaran con el mero roce de tu aliento.
De pronto, tus frías palabras, tu distante mirada, tus duros gestos, todo hizo que regresara el invierno. Que nos saltaramos el calendario como quienes huyen del tiempo.
Rompiste mi reloj creando una tormenta de arena en la que aún sigo atrapada. Y tú te vas, y tú no estás.
No hemos dejado ni siquiera hueco para el verano a la luz de las estrellas que tanto añoramos, hemos despreciado hasta el Otoño que pasamos cogidos de las manos.
No, ya no.
Ya no quedan cuentas atrás hasta que el cuentakilómetros marque 0.
Ya no quedan estas ganas de amarte, de amarme, de amarnos.
Ya no nos queda tiempo para esperar que se nos cumplan los deseos que pedimos a los astros fugitivos aquella noche de Agosto.
No esperes que intente cerrar los ojos y pensar que vuelves. Porque tu regreso hace que se abran las puertas del infierno.

Querido Demonio: he aprendido a convivir con mis monstruos. Dile a los tuyos que ya pueden marcharse, las experiencia ha sido memorable.

domingo, 5 de abril de 2015

Ha llegado Abril. Sí, al fin.
Ahora es el momento de dejarte ir.
He pensando que es necesario darle la vuelta al colchón porque creo que es hora de que pierda tu silueta. Voy a echar de menos (tanto) tenerte echado en mi cama mientras yo trazo versos muertos a mis folios. Y tú cierras los ojos, esperado que te lea cualquier cosa. Y tu respiración te delata. Y entonces me doy cuenta de que sigues en el mundo y de que quiero soñar contigo aún estando despierta.
Extrañaré esa manía tuya de colarte en mis pensamientos, de perderte tan dentro. De arrinconarme entre la espada y la pared sabiendo que la única arma que puede herirme es una de tus miradas. Joder. Qué diablos voy a hacer ahora que he decidido dejarte atrás.
Ahora que pienso que marcharte o marcharme es la mejor opción.
Ahora que sé que la madrugada nunca más tendrá tu sabor y que cada mañana no podré gritarle a tu recuerdo lo mucho que te echo de menos.
Suena patético, lo sé, hablar a tus cartas como si de alguna manera fuese hablarte a ti. Pero es que hoy hace la noche perfecta para olvidarte, olvidarme, olvidarnos.
Porque es Abril y él siempre golpea de frente, una única vez. La vez que es necesaria para hacerte ver que, a veces, huir a tiempo también es de valientes.