martes, 17 de septiembre de 2013

"Rumores los que se comentan por allí..."

Habladurías, cotilleos, rumores, chismes, murmuraciones,  injurias, insultos, todo expresado de diferente forma pero con un significado común.

Sabes como apañártelas, sabes que tu fuerte es pasar de la gente, lo que debes y no hacer, sabes que sus comentarios no deben afectarte porque tú vales más que todos ellos. Porque todo es mentira, aquellos quienes intentan hundirte están hechos de pura falsedad, y eres consciente de ello.

¿Destruirte? ¿A ti? Están locos si creen que pueden conseguirlo, que lo intenten, que lo intenten, ya se darán de frente con la coraza de tu alrededor.

Creen que eres frágil, no te conocen. La fuerza se ha incrementado con el paso de los años.

Blanden su espada, intentan darte una última estocada, terminar contigo, ¡no, no van a conseguirlo! Con la agilidad de un felino esquivas su golpe final, dejas que la oportunidad de hundirte se escape por sus dedos.

Os vais a quedar todos con la miel en los labios, pues aprendí a no dar ni un paso en falso.

Comprendiste que no debes dar sin recibir, que tu tiempo es oro y no debes malgastarlo con seres como ellos. Aprendí que la persona más importante soy yo, y que siempre debo actuar a mi conveniencia, pensando en mí, en lo mejor para mí.

Escasos son los que tienen un hueco en mi corazón.
Sus comentarios no te afectan, no te duelen, no te queman, pero te cansan, te cansa oír siempre lo mismo, te cansa no poder pararlo.

Te ríes de sus insultos sin fundamento, de sus hechos sin argumentos.

La rabia les come, y lo sientes, sientes que arden de odio al saber que no están a tu altura. 

No estáis en mis zapatos, no seguís mi camino, no seréis nunca como yo.

La gente siempre habla, siempre va a sacar algo con lo que criticarte, algo con lo que intentar hundir tu flota.

Que aburrida sería la vida si le gustarás a todo el mundo, ¿no?

Vuestra originalidad me abruma, sois como fotocopias los uno de los otros.

Hace tiempo que establecí la obligación de ser yo misma sin importar el “qué dirán.”

Se llama personalidad señores, ¿no os la han presentado aún?

No terminaréis jamás conmigo, ¿no habéis oído eso de que”mala hierba nunca muere”?  
Soy como un fénix y resurgiré de mis cenizas.

Pese a todas las caídas y todos los obstáculos que vengan por delante, tengo la capacidad de ir pendiente y saber esquivarlos a tiempo, o levantarme ilesa de todos y cada uno de ellos, con más fuerzas en las piernas, para seguir andando, para seguir corriendo cuando sea necesario.

Hablad, comentad, gritad si queréis, ¡pero yo soy feliz!

No me hacéis falta, no me indignáis y no me molestáis con vuestras palabrerías baratas, ¡dais asco! Sois expertos en hacer el ridículo, un ridículo que produce pena.

Me sorprende hasta donde llegáis, lo que inventáis, la historia que montáis, ¿hasta tal punto llega vuestra estúpida forma de divertirse? Pero es de esperar, los estúpidos solo sabéis hacer daño y estupideces, pero yo no soy otro de vuestros juguetes.

Yo no soy así, no lograréis vencerme.

No permitiré que sentías la satisfacción de verme débil, porque no tengo razones, porque sé sonreír pese a toda carga que me echen a mi espalda.

Y me colgaré mi mochila, cargada de oportunidades y ganas de vivir, y sin que vosotros me lo podáis impedir 
alzaré la mirada al cielo, contemplaré el firmamento y comenzaré a andar.

Porque soy yo, soy Rox, ¿alguna objeción? 



Y si tu vida está vacía... ¿acaso la culpa fue mía?
Me da igual si tu objetivo es intentar dejarme inerte, porque soy fuerte, y alzaré siempre la cabeza y miraré hacia el frente. 
Y no sabes lo bien que sienta saber que te critican e intentan hundirte y no pueden hacer nada contra ti, nada verdadero, nada que te afecte, nada que te hunda, nada que deje cicatrices en tu piel, nada que no puedas olvidar.
Porque no me importáis lo más mínimo, ni vosotros y mucho menos vuestra estúpida opinión que se consumen entre las llamas. 





"El truco está en creer en ti."






viernes, 13 de septiembre de 2013

"Espejos que saben todos mis secretos."

Adiós,  letras que se graban en mi alma a fuego intenso, y me queman cada parte de la piel. Ese adiós que me pilló por sorpresa, como un cristal que se rompe estalló mi corazón. 
Aún me atormenta, en sueños, esa palabra pronunciada de tus dulces labios, aquellos que recorrieron mi cuerpo una vez.
Arde, quema, escuece cada centímetro de mi ser.  En mi cabeza resuena tu voz, pronunciando una fría despedida.
¿Por qué te vas? ¿Por qué me dejas? ¿Por qué me abandonas en este páramo tan solitario?
Te echo de menos, y mis palabras no bastarán para que notes la intensidad con la que lo hago.
Siento que me pierdo, que hace tiempo que dejé de ser yo. ¡Y todo por tu culpa! ¡Tú eres el culpable de mi desgracia, de mis desdichas,  de mis noches en velas y mis días sin vivir! Que fuiste tú quién me soltó, quien me obligo a volar, quien me hizo soportar toda esta tempestad. 
¡Déjame, olvídame, vete y no vuelvas, que no quiero saber nada de ti!
Nada de ti:
Nada de tu olor, que me embriagaba a cada minuto.
Nada de tu risa, tan contagiosa, tan agradable, tan irresistible.
Nada de tus seguros brazos,  de los que fui presa una y otra vez.
Nada de tu sonrisa, que, un día, fue la estrella que guió mi sendero.
Nada de tus intensos ojos azules, como el mar, en los que tantas veces me ahogué.
Nada de tu espalda, la que tantas veces recorrí dibujando un corazón con las yemas de mis dedos.
Ni de tu forma de caminar, ni de tu voz, ni de tus te quieros, ni de tus abrazos y mucho menos de tus besos.
No quiero saber nada de ti, y mucho menos de mí.
No quiero volver a verme acariciando tu cuello, paseando de la mano contigo, diciéndote lo que siento.
No quiero  tener que volver a apagar la luz porque deteste verme llorar.
No quiero seguir hablándole a mi almohada de ti, cada noche desde que te fuiste.
No quiero verme como una cría indefensa, y no quiero sentir que te echo de menos.
Pero no puedo, me quemo.
Tu ausencia delata mis ganas de tenerte cerca.  Tediosas me resultan mis ganas de besarte, y  de oír un todo está bien con esa voz quebrada.
Días añoro despertar con tus canciones susurradas a mi oído.
Noches extraño dormirme abrazada a ti, bajo un manto de estrellas.
¿Qué has hecho de mí? ¿En qué clase de ser inerte me has convertido?
Y ruego a un Dios en el que no creo que me ayude a olvidarte, que queme todos nuestros recuerdos, que aleje tu fantasma de mi vida, pero es en vano.
No puedo decidir, por obra de arte, alejarte. Porque te niegas, te niegas a dejar de mover tu maldita mano por encima de tu tumba. ¡Eres incapaz de estarte quieto!



Te odio, te odio, te odio, TE ODIO, TE ODIO -digo frente al espejo cada vez en tono más alto.
Pero es imposible odiar cuando se ama, es imposible detestar cuando sabes que se quiere, es imposible olvidar cuando sabes que lo sientes.
Tú eres el imposible,  déjame rectificar mi equívoco y decir que los imposibles somos nosotros, que no estamos hechos el uno para el otro.
Por ti me tragaría el orgullo junto a los chupitos de tequila. Pero me niego al saber que no quieres nada de mí, ni siquiera los buenos días.
“Hazte entrar en razón, abre los ojos y date cuenta que quien de verdad te quiere permanecerá a tu lado siempre” intento convencerme mientras mi mente viaja a lugares lejanos.


Y poco a poco, cierro los ojos y me consumo como tu último cigarro. 

                                                                                        "No encontré la razón, ¿por qué?" 

Y es que dicen que el primer amor nunca se olvida. 


La magia de leer entre líneas.
                                                                                                                                        Te quiero.  

domingo, 1 de septiembre de 2013

Septiembre con "S" de Saudade.

                                                                                             Écija, 1 de Septiembre de 2013.



Querido Septiembre:
Hoy amanecí entre sabores pasados, entre olores nostálgicos y con una frase en los labios “Welcome to September.”
¿Y sabes qué? Ni aunque quisieras llegarías a imaginar cuánto te he echado de menos.
Eres una urna de recuerdos.
Eres una cápsula del tiempo.
Eres mi principio de año.
Eres fuego y eres mar.
Eres calma y tempestad.
Eres todo lo que yo deseo.
¿Cómo no quererte si incrementaste mis ganas de ser fuerte?
Acabas de llegar, y ya siento que estás destrozando la monotonía, acabando con el verano, dejándolo en la lejanía.
Con decisión me paro a tus puertas,  y el corazón me da un vuelvo propio de estas fechas y siento que pierdo la razón.
El sabor a hiel abandona mis labios, y los cabos de van desatando.
La palabra control pierde su significado y las instrucciones se han quemado, las fuerzas me abandonan y me tiemblan las piernas.
Y mis ojos se acostumbran poco a poco a tu luz, y los detalles se van resaltando.  Por la izquierda un amargo olor a cerveza, por la derecha un embriagante aroma a algodón del más dulce sabor, al frente las luces de tus fiestas brillan con más intensidad que antaño.
A tu alrededor la gente ríe, a tu alrededor la gente salta, a tu alrededor la gente pierde y gana, y yo camino sin ton ni son agarrada a tu mano.
Voy alternando pasos entre baldosas que se caen y escalones que se elevan al cielo. Eres como una montaña rusa de emociones.
Y siento que me pierdo y que me encuentro una vez más.
¡Y es que es tan grande tu influencia en mí!
Llega una nueva época, y mi única alternativa es seguir tu rumbo, soy incapaz de huir de ti.
Y presta atención:
Resuenan en el edificio los primeros pasos del curso, tan recordados, tan olvidados, tan conocidos y tan extraños.
La añoranza que me aportas va ejerciendo poder en mi cuerpo, me abandono a ella y con recelo alzo la cabeza, y observo el camino.
Y nuevamente,  como cada Septiembre desde hace tanto tiempo atrás,  me formulo la misma pregunta.
¿Estás preparada? Sí, lo estoy –responde una voz en mi mente.
Y como si hubiese vuelvo a mis primeros años de vida, mis pies torpes intentan avanzar, y dan un paso, y otro más, y otro que parece que nunca acaba, y cuando me he dado cuenta, estoy presenciando la quimera.
(…)
Una última duda.
Una última nota de un piano.
Un último sorbo a mi licor de manzana.
Un último acorde de una guitarra rasgada.
Una última palabra escrita en tono azabache.
Una última caricia a las páginas de un conocido libro.
Y poco a poco tomaré aire, y como si se me fuera el alma en ello gritaré:
BIENVENIDO SEPTIEMBRE.



Pasen y vean la función.



  Tú, que has vuelto una vez más. 
Yo, que me aventuro a seguirte. 
Y Nosotros, que seremos felices..