domingo, 12 de octubre de 2014

Hay que ver, el amor.

Yo, que siempre soy de asumir las responsabilidades, de evitar el hecho de querer eludirla, pero que no soy capaz de ser responsable en el término de amarte, Amor.
Yo, que me valgo de la redundancia cuando no encuentro el término exacto para expresar lo que quiero quererte y decirte que te quiero, Amor. 
Que me ahogo entre metáforas, entre flechas de cupido que por muy bonito que suene, siguen siendo flechas y no tiene porque siempre dar en el punto exacto. 
Yo, que intento dejarme llevar por la corriente de seguirte la corriente y también soy incapaz.
Que me ha dado por volar, y que me he llevado tu corazón en la boca para suplantar el hecho de que el mío se ha perdido.
Que lo dejé caer desde la nube más alta, y al parecer, no se ha hecho ningún rasguño. 
Que es duro, más que la piedra.
Que es fuerte, más de lo que lo soy yo.

Hay que ver, Amor.
Hay que ver, como sientas. 
Hay que ver como cambias, como revives, como matas, como aciertas.

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