Duele,
no sabes cuando duele,
esto de saberte
pero no saborearte.
Esto de acariciar
y que solo sea a una brisa
que ya no sale de tus versos.
Duele,
duele hasta dejar inerte,
hasta que la coraza se rompe
y el miedo aparece.
Hasta que el mar de dudas
se convierte solo en agua
porque no queda nada sobre lo que dudar.
Duele, duele esto de querer quererte
aún a sabiendas de que tú
no me quieres.
Esto de sentirte
y que sólo sea entre recuerdos:
En el café de las 00:15.
En los álbumes de fotos.
En los besos en los bancos.
En los paseos por los barrios.
En los textos que descansan con las cartas;
con las mías que nunca envié
y con las tuyas que siempre quise recibir.
Duele,
no sabes cuanto duele,
esto de saberte
pero no saborearte.
Saberte porque no te olvido.
No saborearte porque ya no estás,
y ahora sé que no volverás,
jamás.
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