viernes, 11 de diciembre de 2015

Si buscas que te quieran...

Es de noche y leo Sabina, no hay excusa para no pensarte porque es de noche y leo Sabina.
Justo al escribir esto ha empezado a sonar la primera canción que escuché cuando dijiste adiós, a media voz. Cuando decidiste huir, correr y salvarte de esta habitación sin salida que es mi vida.
Sonreíste en un susurro casi inaudible a sabiendas de que yo ya entendía el idioma de tu risa, el que me habías enseñado entre besos, en cualquier parte o cualquier momento.
Así tus labios sellaron tres o cuatro pactos con mi pecho: el de quererme, el de soñarme, el de no mentirme y el de tenerme.
Pero te fuiste.
Te fuiste como quien no deja atrás nada con importancia, como quien olvida y no se da media vuelta, no mira, sólo camina.
Es de noche, y leo Sabina, y aquí estoy recordándote.
Entre besos y versos de Judas, entre caricias desnudas, entre recuerdos mojados de lágrimas y sueños despiertos.
Es tiempo de rechazo, de dar la vuelta al calendario y escribir en cada mes lo mucho que te he echado de menos, para después lanzarlo al fuego, de vuelta a tu infierno.
El infierno que nos vio nacer y morir en un mismo vaivén de roce con sabor a despedida.
Es de noche y voy a arrancarme con fuerza y coraje las flechas fallidas de Cupido que no consiguieron dar en el punto de mira de un corazón roto.
Voy a beberme los ecos de tu voz para después vomitarlos sobre todas las canciones que me recuerdan a ti.
Voy a irme de aquí con lo puesto y sin tu ropa.
Te regalo mi silencio lleno de ruido.
Te deseo, con toda mi pena, alguien que te quiera.
Te deseo, a todo mi pesar, alguien que no te deje pasar.
Te deseo, con todo mi lamento, que consigas hacerme recuerdo.
Te lo digo, sin malas intenciones, porque ya te dije que si buscas que te quieran, aléjate de mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario