Écija, 1 de Septiembre de 2013.
Querido Septiembre:
Hoy amanecí entre sabores pasados, entre olores nostálgicos
y con una frase en los labios “Welcome to September.”
¿Y sabes qué? Ni aunque quisieras llegarías a imaginar
cuánto te he echado de menos.
Eres una urna de recuerdos.
Eres una cápsula del tiempo.
Eres mi principio de año.
Eres fuego y eres mar.
Eres calma y tempestad.
Eres todo lo que yo deseo.
¿Cómo no quererte si incrementaste mis ganas de ser fuerte?
Acabas de llegar, y ya siento que estás destrozando la
monotonía, acabando con el verano, dejándolo en la lejanía.
Con decisión me paro a tus puertas, y el corazón me da un vuelvo propio de estas
fechas y siento que pierdo la razón.
El sabor a hiel abandona mis labios, y los cabos de van
desatando.
La palabra control pierde su significado y las instrucciones
se han quemado, las fuerzas me abandonan y me tiemblan las piernas.
Y mis ojos se acostumbran poco a poco a tu luz, y los
detalles se van resaltando. Por la
izquierda un amargo olor a cerveza, por la derecha un embriagante aroma a
algodón del más dulce sabor, al frente las luces de tus fiestas brillan con más
intensidad que antaño.
A tu alrededor la gente ríe, a tu alrededor la gente salta,
a tu alrededor la gente pierde y gana, y yo camino sin ton ni son agarrada a tu
mano.
Voy alternando pasos entre baldosas que se caen y escalones
que se elevan al cielo. Eres como una montaña rusa de emociones.
Y siento que me pierdo y que me encuentro una vez más.
¡Y es que es tan grande tu influencia en mí!
Llega una nueva época, y mi única alternativa es seguir tu
rumbo, soy incapaz de huir de ti.
Y presta atención:
Resuenan en el edificio los primeros pasos del curso, tan
recordados, tan olvidados, tan conocidos y tan extraños.
La añoranza que me aportas va ejerciendo poder en mi cuerpo,
me abandono a ella y con recelo alzo la cabeza, y observo el camino.
Y nuevamente, como
cada Septiembre desde hace tanto tiempo atrás,
me formulo la misma pregunta.
¿Estás preparada? Sí, lo estoy –responde una voz en mi
mente.
Y como si hubiese vuelvo a mis primeros años de vida, mis
pies torpes intentan avanzar, y dan un paso, y otro más, y otro que parece que
nunca acaba, y cuando me he dado cuenta, estoy presenciando la quimera.
(…)
Una última duda.
Una última nota de un
piano.
Un último sorbo a mi licor de manzana.
Un último acorde de
una guitarra rasgada.
Una última palabra escrita en tono azabache.
Una última caricia a las páginas de un conocido libro.
Y poco a poco tomaré aire, y como si se me fuera el alma en
ello gritaré:
BIENVENIDO SEPTIEMBRE.
BIENVENIDO SEPTIEMBRE.
Pasen y vean la función.
Tú, que has vuelto una vez más.
Yo, que me aventuro a seguirte.
Y Nosotros, que seremos felices..
No hay comentarios:
Publicar un comentario