domingo, 19 de abril de 2015

Huída desde tu pecho.

Sé que no me hace falta desahogar mil quinientas margaritas para encontrar la respuesta a mis preguntas. Porque al fin y al cabo todas se esconden entre los ecos de tu voz y quizá los únicos pétalos que deba quitar son las capas de tu ropa.
Escúchame, esto se nos está yendo de las manos, no podemos seguir creyendo vivir en un paraíso cuando hasta el gato callejero que nos vio en el tejado se ha dado cuenta de que somos pura tormenta.
Abril está llegando con aguas mil de sabor salado y yo me cuestiono la sinceridad de este mundo en el que yo creía que tú eras mi única verdad.
Perdóname por dudar de ti, sé que siempre has estado ahí pero hasta mi sombra me ha plantado cara y sé que no hay nadie que, esta vez, la vaya a coser a mis pies.
Quizá todo esto es porque he comenzado a creer en la libertad. La libertad que me permite salir huyendo y dar un portazo que sirva para borrar los signos de interrogación.
Sí, ya sabes mi manía de hacer siempre alusión a Sabina pero no es mi culpa que él sepa darle más sentido a mis líneas.
Te juro que lo he intentando, dejar de llenar tu diario de cosas absurdas que quizá nunca te has parado a leer. Pero, me he dado cuenta de que siempre busco la perfecta frase adversa para decirte que te quiero y que no te des ni cuenta.

#roxcookies

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