lunes, 3 de marzo de 2014

Yo soy, tú eres. Y el resultado es que no estoy hecha para ti.

Y no sé, no sé, no sé qué es lo que me llevó hasta a ti...¿qué fue? 
Siempre quise creer que tú eras todo lo que necesitaba y que todo te podía dar.
Siempre quise que esto fuese una historia perfecta y que yo decidiera no ponerle jamás un final. 
Pero no estoy hecha para ti.
Soy la de los labios resecos que buscó cura en tus besos. 
Soy la Blancanieves que nunca despertó porque prefirió quedarse a soñar en el País de Nunca Jamás. 
Soy la Cenicienta que no perdió nunca el zapato de cristal y que a las 00:00 se tomaba un capuchino con vainilla, sin príncipes ni bailes reales. 
Soy la bella durmiente que nunca aprendió a coser y la campanilla que no sabía volar. 
Soy la princesa sin corona que no pertenece a este cuento, a tu cuento. 
Y no estoy hecha para ti.
Soy la de las noches infinitas recordando tu nombre y mintiendo a mi mente con un "no somos tan distintos."
Soy la de las mil hojas arrugadas y los libros en la mesita de noche, la de los mil broches de quejas y la de las muchas o pocas ganas de tu ausencia. 
Soy la del blanco o negro cuando tú eras tan gris. La de las palabras ocultas y los versos callados en las comisuras. 
Soy la de las melodías silenciadas por los ataques de carcajadas y la de las lágrimas guardadas en fundas de almohadas. 
Soy la de las rimas asonantes que sonaron en mi boca aquella tarde de abril. La de las velas consumidas y los capítulos completos con eternos inviernos en tus brazos.
Soy la de las dudas infinitas de Supersubmarina y los ojos cerrados en domingo.
Soy la de las letras azabaches y el baúl de los reproches. 
Soy la del corazón tan estirado que dio de sí, y la de las lenguas de fuego en las murallas de hielo. 
Pero no estoy hecha para ti.
Nunca se me dio demasiado bien nadar, hasta que me ahogué en mi propio mar. Hasta que me tumbé en el césped de los poemas envenenados para intentar averiguar si era verdad lo de la tinta en las nubes y en las estrellas la ilusión. 
Y las horas se mueren, los días se acaban y sigo sin ser para ti. 
No estoy hecha para ti.
No estás hecho para mí.
No existe un nosotros cuando: 
"al punto final no le siguen dos puntos suspensivos."


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