domingo, 27 de abril de 2014

El lado izquierdo, tirando a ajeno.

Frío gélido que va removiendo todos mis órganos, porque ya no hay nada más que pueda congelar. No sé qué hacer, no sé cómo hacerlo. Estoy aquí, sin más. Puedo hacerme mil autopreguntas que no encuentro respuesta alguna. 
Nunca sé que es lo qué es lo que necesito o en qué grado necesito lo que tengo. 
Todo se ve cada día más confuso, como si la niebla fuese perpetua.
No sé distinguir lo que es real de lo totalmente fingido. 
¿Qué es realmente lo que siento?
Un día comencé a actuar, ¿paré de hacerlo o sea ha convertido toda mi vida en una obra de teatro? No sé diferenciar utopía de realidad. 

¿Siento amor o finjo sentirlo?
¿Siendo amistad o finjo sentirla?
¿Siento tristeza o finjo sentirla?
¿Siento alegría o finjo sentirla?
¿Vivo o finjo vivir? 

Soy completamente dueña de mis emociones, y al final tanto autocontrol me está haciendo decaer. No puedo parar de ser yo y creo que ese es el primer quiste del problema. Porque, ¿quién soy yo? ¿Tan sólo un disfraz? ¿Una enmascarada más en este estúpido baile de fin de curso? ¿Este es un rol o una verdadera personalidad? No sé qué es lo que me gusta o lo que no, porque todo se antoja demasiado irreal a estas alturas. Quizá lo que realmente necesite es lo que nunca he hecho: huir. 
Son muchos nuevos puntos de vistas mirado desde otros ojos. Quiero sentirme yo, sea lo que sea, y dejar de seguir este estúpido guión, ¿es esto lo que quería? ¿forzar tanto las cosas hasta el punto de no saber qué es qué forzado o natural? Porque, llegados a este punto, no siento nada al 100%.

¿Cuándo fue la última vez que lloré con el alma en las manos?
¿Cuánto hace que me dolió la barriga al reír?
¿Cuánto hace que las caricias no se me graban en la piel?
¿El significado de los libros es para mí el deseo de vivir otras vidas? Maldito enredo, estúpido laberinto. 

Siempre se repito lo mismo, como una cadena de trabajo en la que tengo a mi mente explotada. 
Es extraño porque no sigo anclada al pasado, el presente me es indiferente y el futuro está por venir. 
Yo era pasión en estado puro, era sentir y amar hasta la brisa que me rozaba la piel. ¿Dónde ha quedado todo eso? ¿Dónde han quedado todos los detalles? Nada es tan nítido como antes. Y me pregunto mil veces al día: ¿por qué decidí ser así? Comenzar una estúpida mentira continua que terminó por transformarse en la verdad y no sabéis la pena que me da quejarme de algo que realmente es lo que atraído porque lo quise así. 
¿Qué es ser feliz? ¿Qué es la felicidad? No hay suficientes diccionarios que me puedan explicar la importancia de las palabras. 
Quizá lo que necesito es explotar, y expandirme hasta la otra punta del país. 
Quizá con un golpe me de cuenta de todo, ¿pero quién es capaz de quebrar esta inmunidad? 
En ningún momento traté de ser perfecta, sólo quería que todo esto no fuese tan fácil. Sólo quería que no me hicieran daño. Sólo quería no perder el interés de las cosas. Y decidir volver complejo lo que podría resultar sencillo. Lo siento aquí en la mente, y en alma también, demasiados días intenté ser feliz cuando no hay un concepto universal de felicidad. Y es que quizá no se trata de buscar o encontrar, sino de creer y crear. Tal vez la felicidad resida en las palmas de mis manos y solo haga falta pronunciar un hechizo mágico.. Esta es la tonta charla, ya sabéis, la mierda de siempre. 
Como la mierda que hoy pasa por mi cabeza: "Estúpida. Aburrida. Vive. Sal. Disfruta."
¿Cómo quiero salir si después de una semana seguida en la calle sólo me apetece estar en casa un mes?

No soy estúpida. 
No soy aburrida. 
Vivo. 
Salgo en la medida que lo considero necesario.
Disfruto a mi manera. 

Podría escribir mil folios o en una palabra resumir todo lo poco que sé. 
No sabéis lo que me gustaría poder afirma absolutamente que no uso a la gente por mi conveniencia, pero no puedo asentar algo que ni siquiera sé ni logro entender. ¿Cómo se sabe si se quiere? 
Mentiría al afirmar, porque cada día todo me importa un poco menos y menos cosas me atan a este lugar. 
¿Y sabéis? Me gustaría tener los cojones de irme, encontrarme y traerme de vuelta si es que estoy vagando por cualquier lugar. 
Y quizá si mirara desde fuera, me gritaría "maldita cobarde que no es capaz de alejarse y dejar todo esto atrás." ¿Qué ocurre, pequeña? ¿Por qué ya no te dejas llevar como lo hacías antes? ¿Por qué esa ansia de control de ti misma y tu alrededor? ¿Realmente es porque tienes mil y una inseguridades? ¿O por las inseguridad de un pasado que aún te persigue a veces?
Después de todo recuerdo, ¿para qué quiero cambiar? Si al fin y al cabo, soy lo que soy aunque no sepa qué es, si es real, si es una actuación ¿a quién diablos le importa? 
Somos pensamientos y recuerdos, y lo triste es poder borrar y comenzar otra vez. ¿Para qué? ¿Para qué luchar contracorriente? Es mejor dejar al torrencial que te lleve tan lejos como hoy puede. 

Esto es demasiado orden dentro del caos: un desastre. 
Ojalá alguien capaz de herirme, incluso yo misma. 
Ojalá alguien de romper la coraza. 
Ojalá otra rosa negra como la que nunca lágrimas derrama.

Que triste que nunca duela el lado izquierdo. 



Vamos a seguir así, 
porque se puede ser feliz.
Y los versos sólo son ajenos
a las penas del olvido.
Porque no se necesita más
cuando todo lo bueno puedes tomar.
Y las palomas mensajeras
traerán la manera de llegar 
donde estoy yo. Aquí, en mí.
En tí, mundo. En cada parte de tus huecos. 



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