Me decías que yo era de esas que tiraba la piedra para luego esconder la mano.
Pero de lo que nunca te diste cuenta es de que esa piedra era mi corazón lanzado hacia tus brazos, con la esperanza vana de que te atrevieras a cogerlo y yo no tuviera que volver a salir corriendo con los latidos muertos apretados en un puño.
No sé hasta que punto mi mente es capaz de perderse cuando la tinta toca el papel. Nunca he tenido las cosas demasiado claras y siempre he sabido que camino tomar. Paradojas. Vida plagada de sin sentidos y un fuerte desvarío mental. Si lees entre mis líneas comprenderás que la forma más fácil de llegarme al corazón es atravesarme el pecho con una daga de plata. Att: Un alma plagada de sueños. "Nulla dies sine linea."
lunes, 26 de enero de 2015
Piedra, papel o tijeras.
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