domingo, 12 de julio de 2015

Cuestión de desamor.

Después del incendio, o del naufragio, o de la guerra más bonita del mundo te preguntas cómo.
Cómo lograr dejar atrás un pasado que se conjuga en presente.
Cómo hacerlo, como obviar las cicatrices que no cicatrizan porque se abren con cada doloroso golpe de pecho.
Cómo luchar contra la adversidad de tres mil recuerdos.
Cómo ir a las estaciones donde sellastéis vuestra despedida con un beso.
Cómo hacerlo. Cómo caminar cerca de las vías si tu destino no es su voz ni su alma, ni sus manos.
Cómo continuar si la mochila pesa de vacío y un paso en falso significa caer por el precipicio.
Cómo olvidar si lo único que recuerdas es como su respiración rompía la noche y las estrellas os observaban, sí, ellas a vosotros porque vuestro amor brillaba con luz propia.
Cómo hacerlo, cómo seguir si su sonrisa formaba parte de tu porvenir.
Y vas paseando por el parque que tantas veces os vio cogeros la mano: Y aquel banco te recuerda un beso, y aquel árbol te recuerda un abrazo, y las palomas te traen la sensación de la libertad en sus brazos, te sientes volando y precipitándote a un pasado que nunca quedó atrás.
Cómo superarlo, cómo continuar si todo lo que ves tiene que ver con su mirar.
Cómo volver a alzar el vuelo, cómo dejar de recordar sin olvidar.

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