Me enamoré de él como
se enamoran las personas tristes, con la fuerza de la melancolía y la
intensidad de unos ojos a punto de sal.
Me enamoré de él
porque su voz sonaba como un corazón que se rompe en mil trozos y su rostro me
recordaba a un día de invierno.
Me enamoré porque
todo lo que él tenía, se parecía a lo que llevaba a mi espalda: ruina.
Me enamoré de él por
ser chico de dudas siendo yo la de las dudas infinitas.
Lo hice cuando él,
loco enamorado, ya se había ido.
Porque me daba miedo
que supiera la verdad.
La verdad que se
esconde en un "me enamoré de él porque sus roturas encajaban en los
engranajes oxidados de mi corazón desatornillado."
He intentado dejar de
escribir tantas líneas tristes, pero no encuentro la forma de callar a los
demonios que viven en mi cabeza, de silenciar tanta maleza que grita bajo mis
pies.
Todas y cada una de
las noches llama a la venta el fantasma de su recuerdo, y me recuerda que cada
día que pasa, estamos más lejos. Que los kilómetros no cesan de aumentar pese a
que la distancia sigue siendo la misma.
Me he soñado en sus
labios durante tantos meses, incluso despierta, que ya no diferencio entre la
realidad y otra puesta de sol, en mi cama, sola, con la ropa puesta.
Llevo tanto tiempo
jugando al juego de no volveremos a vernos que comienzo a creérmelo y no sé si
me da miedo la verdad. La verdad de no volver a verte o la de mirarte pasear
por cualquiera de tus calles.
Porque tú, entero,
eres una ciudad jodidamente preciosa viviendo en un perpetuo Otoño que recuerdo
con cariño.
Sigo esperando que
aparezcas en el segundo verso.
Aún así, me enamoré
cuando tú dejabas de hacerlo por miedo a que quisieras quedarse, aquí, a mi
lado y que me desnudases el alma como nunca nadie ha logrado.
Te sigo echando de
menos, pero lo comprendo, deberíamos dejar de jugar a hacernos daño.
Me encantan tus poemas, me representan siempre.
ResponderEliminarpor favor publica más cosas en youtube me encanta lo que haces <3
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