Hoy, en el preludio de un domingo más, me ha dado por echar la mirada atrás y ver cómo han cambiado mis cajones de recuerdos.
Hoy, lo que más me ha sorprendido es que ese reloj ha dejado de sonar, de hacer tic tic y no sé si ha sido el tiempo, la distancia, el destino o cualquier otra cosa, quizá.
He hurgado entre las cartas que antes me hacían llorar, y mis lágrimas han preferido quedarse encerradas y en soledad.
He seguido buscando, saltando de recuerdo en recuerdo, enlazando vínculos, letras, versos y unas cuantas canciones como banda sonora de memorables historias.
Y de pronto...me he dado cuenta de que hay cientos de recuerdos ahí guardados.
Que es un paraíso para la memoria y de que, debí enviarle aquella carta.
Hoy, las cosas son muy distintas, hace tiempo que no encierro nada ahí dentro, que todo ha cambiado, que yo no soy la misma de aquel pasado, de ningún pasado, que tengo otro peinado, otra vida, algunas personas distintas a mi lado.
Y también, me he dado cuenta de que...si algo tengo claro, es que, pase lo que pase, espero llevar siempre estos recuerdos en el costado.
No sé hasta que punto mi mente es capaz de perderse cuando la tinta toca el papel. Nunca he tenido las cosas demasiado claras y siempre he sabido que camino tomar. Paradojas. Vida plagada de sin sentidos y un fuerte desvarío mental. Si lees entre mis líneas comprenderás que la forma más fácil de llegarme al corazón es atravesarme el pecho con una daga de plata. Att: Un alma plagada de sueños. "Nulla dies sine linea."
sábado, 22 de agosto de 2015
Hoy...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario