martes, 16 de septiembre de 2014

Bum.

El tic tac del reloj
me desespera.
Las horas pasan secas
y se avecina la tormenta.

El caos por mis venas
y tu ausencia que quema.
La distancia que envenena,
mientras los kilómetros me acechan.

No hay luna 
en la ventana.
Y el sol alumbra de más,
cuando yo sólo quiero tu oscuridad.

Los besos que no nos dimos,
los que nos debemos aún por dar.
Las camas vacías
y las salitas de estar.
La ducha tan fría,
así, sin tu presencia.

Las sábanas acartonadas
por la pasión indeseada.
La música que no suena.
Las canciones que se apagan.

Tu huida reciente,
la carencia latente 
y yo tan inerte, 
esperando la muerte.

El alcohol y la sal
sobre las heridas, 
abiertas en canal.

Septiembre haciendo de las suyas, 
la culpa que es sólo mía
y yo aquí sintiéndome tan poco tuya.

Tan lejos, 
compartiendo la soledad
con el hielo.

Tan cerca
del infierno, 
y sin sentir el fuego.

Luchando para nada
en una guerra que no es la mía.
Luchar sin ganar, 
vencer para salir perdiendo.

Sonriendo sin mover la cara.
Llorando sin derramar las lágrimas.
Muriendo estando en vida.

Volviendo al retorno.
Volviendo al trono.


Adentrándome en el laberinto
sin salida.
Y, nuevamente, 
estoy perdida. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario