jueves, 4 de septiembre de 2014

El verano de las despedidas.

Poco a poco el verano va diciendo adiós, y comienza a caminar hacia la salida de emergencia. 
Y es que, si tuviera que hablar de algo, elegir una palabra sería "ausencia", porque no hay nada que se haya sentido más fuerte que este golpe en la mente que va dejando las despedidas. 
Tus idas. 
Mis idas.
Y, a veces, nuestras venidas que nunca son para siempre.

Parece ser que los candados del puente se van desprendiendo sin necesidad de llaves, y yo cada vez me siento más ahogada en ese río, porque las cadenas se van soltado y yo soy el suicida imprudente que se lanza al vacío.
He caminado por caminos de añoranza donde sólo quedan las espinas de las rosas que juntos cultivamos...
Y en mi paraíso, últimamente, siempre hace frío.
Ni siquiera allí, ahora, encuentro asilo.

Save me from the dark. 


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