jueves, 11 de septiembre de 2014

Es descubierto que no tengo miedo al amor, sólo temo amarte.
Amarte tanto que termine por odiarte.
Amarte de la mala manera en la que yo sé amar, de esa forma en la que se echa alcohol a las heridas abiertas en canal.
Y que no, que no me gustas.
No me gustan tus pecas, ni tus ojos color primavera. 
No me gusta la manera que tienes de llegar y romperme los esquemas.
No me gusta morir en la curva que crea tu sonrisa cada vez que te vuelves cuando caminas delante mía.
No me gusta tu acento, ni tu forma de inventar palabras que nadie entiende.
Ni tu humor absurdo que siempre me hace reír.
No me gusta la forma en la que se tu suben los colores cuando me ves menear las caderas.

Y que no, que no te quiero.
No te quiero cerca, ni quiero sentir tu aliento, ni quiero que pronuncies ningún te quiero. 
No quiero que vengas, me beses, y a la mañana siguiente adiós muy buenas.
No quiero seguir con nuestra historia interminable. Ni que me digas que sueñas conmigo, que dibujes corazones en los cristales empañados.

Mi reflejo se a atrevido a confesar que está cansado de escuchar cada noche mis mentiras.
De intentar ocultar las heridas.
Cansado ya de vivir en un mundo al revés.
Mi mundo, sin ti. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario