martes, 8 de julio de 2014

Hoy he vuelto...

Hoy he vuelto a caminar por donde la última vez.
Todo ha cambiado desde entonces y no ha transcurrido tanto tiempo desde aquel día.
Esta vez no estaba estrellado.
Esta vez no sonaban de fondo las ranas, rompiendo el silencio de la madrugada.
Esta vez la Luna no era testigo de nada.
Y el frío no invitaba a que me abrazara con ningún otro cuerpo.
Ni siquiera era de noche. 
Quizá no te habría recordado ni me habría dado cuenta de que inconscientemente había tomado ese camino si no hubiese sonado esa canción... nuestra canción. 
A veces, maldigo el día que hicimos nuestra tan hermosa melodía.
Mis pasos sin freno iban al compás de una música demasiado lenta para mis latidos descompasados. 
Y fue entonces cuando sentí que la sombra de mis pies se unía a otra sombra que yo creía que era la tuya.
Pero no, dejé de mirar al suelo y delante no estaban tus pies. Ni delante, ni detrás, ni en ningún sitio. Porque ya no estás aquí.
Me pregunto si tú sabías la verdad, lo que significó recorrer aquel camino en aquella noche estrellada. 
Me pregunto si tú sabías por qué cedí a tu beso frente al molino. 
Me pregunto si tú sabías por qué volví a hacer de tus brazos mi asilo.
Me pregunto si tú sabías la verdad que callaban mis ojos en aquella oscuridad. 
Me pregunto si tú te diste cuenta de tantas cosas como me di cuenta yo.
Porque mis sentidos me advirtieron que aquella sería la última vez que caminase cogida de tu brazo. Aferrada de esa forma, compacta, como si ese hueco debajo de tu hombro estuviese hecho a mi medida. 
Yo sí me percaté de todo lo que los astros querían contarnos, y que nosotros estábamos demasiados ocupados bebiendo de nuestros ojos. Al borde del coma etílico. 
Sé que no vas a leerme. O quizá lo hagas. 
Y quiero que sepas que al día siguiente me desperté, y la realidad se avecinaba inexorablemente hacia mis rostro, dándome de bruces y con los ojos abiertos. 
No me malinterpretes, no te buscaba en la sombra que creí imaginar porque te echara de menos. Sólo que no he vuelto a mirarte después del último adiós. 
Y quiero saber si me odias. 
O cuánto me detestas. 
O si de verdad fue un golpe.
O si aún sigues diciendo que me quieres.
O si mientes. 
O si callas y sientes. 
No, no me malinterpretes, prefiero seguir sin verte.
Sólo quiero decirte que al despertarme me di cuenta de que aquella fue la primera vez de nuestra lista al revés.
Y decirte que hoy he vuelto a andar por aquel camino, testigo de la última vez que fuimos algo. 
Y no, no te he echado de menos. 


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