lunes, 14 de julio de 2014

Lo malo del Todo es que su segundo nombre es Nada.

Camino rota en el silencio de las calles, aunque no hay ningún silencio. 
La gente grita, y yo solo me quedo perdida en cada uno de los bancos en los que nos sentamos.
La avenida de vuelta a casa tiene tantos recuerdos como besos. 
Y es que nos besamos tantas veces, que nos desgastamos los labios.
Yo te versé demasiado, tanto que cada uno de las hojas de mi libreta hablaban de tu ausencia, y de tus caricias en mi espalda.
Yo que recordaba cada una de tus pecas y me sabía el mapa que hacían tus lunares cuando yo los transformaba en constelaciones con mis dedos. Yo, tanto yo, porque hoy estoy jodidamente sola sin ti.
Y me pregunto, si tú me recuerdas cada vez que pasas por nuestras calles. Digo nuestras porque las conquistamos con cada uno de nuestros latidos.
Y me pregunto, si tú me ves en cada sitio donde te dije te quiero, porque solo lo hacía cuando el alma me lo rogaba. Como decías, soy dura de roer.
Sabes, a veces, cuando voy dando pasos sin pensar en la dirección, escucho tu voz diciendo que yo era de otro mundo y que no sabías como podías estar enamorado de alguien así.
Pero sigo andando, y me quedo con cada una de aquellas frases que sonaban tan tuyas. Tan sumamente tuyas que mi mente intenta olvidarlas. Pero ambos sabemos que no quiere olvidarte. Porque lo sabes, ¿no?
Deberías saber que cada una de las margaritas que deshojo llevan tu nombre y no pregunto si me quieres o dejas de hacerlo, sino si me piensas o ya se ha esfumado de tu memoria todo lo que vivimos.
Supongo, que intento dibujar en cada uno de los pétalos caídos una fuerte sonrisa para ver si así me da el valor para transformarla en mi rostro. Porque desde que te fuiste mi sonrisa no ha vuelto a ser la misma.
No te culpo, aunque tengas la culpa de ser tan especial. 
Supongo que me gustaba creer conocerte y tragarme cada una de tus palabras, no sin antes saborearlas. 
Hasta que perdieron el sabor.
Yo quería todo, ¿sabes, no?
Quería todo a tu lado, todo lo que tú pudieras darme y dártelo todo.
Todo con mis caricias y mis abrazos.
Con mis besos y mis versos.
Con mis cartas y mis te quieros.
Con mis noches y mis días. 
Mis lunas y mis soles.
Mis ángeles y mis demonios.
Quería cedértelo todo. Todo.
Pero lo malo del Todo es que por segundo nombre lleva Nada. 
Y hoy soy nada sin ti.
Sad but true. 



Y hoy, te pido que te largues. 
Te ruego que me dejes.
Te pido que te vayas.
Pero por favor, vuelve

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