Te dije que no te enamoraras de mí, porque yo no iba a hacerlo.
Te dije que no buscaras amor en mí, porque no sé qué es eso.
Te dije mil cosas bajo el cielo infinito mientras recitaba a Neruda y todas y cada una de ellas eran verdades.
Deberías haberme creído, porque te dije que no te aferraras a mí y no me tomaste en serio.
Te dije que te haría daño. Te advertí de que explotaría y me llevaría a todos por delante.
Quedándome rota en pedazos, pero que me volvería a coser porque soy costurera especialista de heridas propias abierta en canal, y te lo dije.
Te pedí que te alejaras, porque podría hacerte añicos. Dejarte en coma.
Te lo dije porque no quería hundir tu flota.
Y hoy pareces anestesiado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario